En una acalorada sesión, 81 asambleístas decidieron la noche del martes 31 de mayo del 2022 la suerte de Guadalupe Llori, hasta entonces presidenta de la Asamblea Nacional. Virgilio Saquicela asumió el puesto dejado por Llori. Salvador Quishpe del bloque de Pachacutik arremetió contra los asambleístas censuradores, “¡Silencio, carajo, estoy hablando!”, mandó a callar cuando le interrumpían. La respuesta vino de Pamela Aguirre. Señalándolo con el dedo, lo ubicó a Quishpe entre “los ponchos dorados que han hecho de la política un negocio, un espacio para enriquecerse”. La legisladora enfatizó que a Llori “no se le está destituyendo ni por mujer ni por indígena”, sino por incumplimiento de funciones.